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"El día que plantas la semilla no es el dia que comes su fruto". Reflexionemos la importancia de la paciencia, la perseverancia y su recompensa.

Foto del escritor: Mariano López SánchezMariano López Sánchez

 

Este proverbio encierra una profunda sabiduría sobre la vida, el esfuerzo y la recompensa, tres temas que la juventud trabajadora de hoy, desde mi experiencia, comprenden poco, o al menos en su gran mayoría.

 

A simple vista, parece una frase sencilla, pero esconde una rica gama de significados que los invito a reflexionar conmigo, pues aborda diferentes dimensiones:

 

Si lo analizamos desde el sentido más literal, este proverbio nos presenta una imagen clara: la siembra de una semilla y la cosecha de su fruto son dos momentos distintos en el tiempo. Este simple análisis ya nos deja claro que alcanzar nuestras metas o disfrutar de los frutos de nuestro trabajo, no sucede de forma inmediata. Requiere tiempo, dedicación y paciencia.

 


Blog Mariano López Sánchez

Si vamos más allá de su interpretación literal, el proverbio nos ofrece una serie de significados figurados que enriquecen su mensaje y que, para ser más claro en cada uno de ellos, separaré en 4 dimensiones:

 

  1. Paciencia, perseverancia y recompensa: Plantar una semilla requiere paciencia y la comprensión de que su crecimiento y desarrollo toman tiempo. De igual manera, alcanzar objetivos significativos o perseguir proyectos valiosos exige paciencia, resiliencia y una perspectiva a largo plazo. El proverbio nos recuerda que la gratificación inmediata no siempre es posible, y que el éxito, a menudo, se construye con constancia y dedicación a lo largo del tiempo.

  2. Esfuerzo y gratificación diferida: La siembra y cuidado de una semilla para que crezca, implica esfuerzo, cuidado y atención. De forma similar, la mayoría de las actividades que valen la pena, requieren dedicación, trabajo duro y la disposición de invertir tiempo y esfuerzo sin esperar resultados inmediatos. Es por ello por lo que quiero enfatizar la importancia de disfrutar el paso a paso, el valor del esfuerzo sostenido sobre las ganancias a corto plazo, para luego disfrutar de un esfuerzo mayor, pero en un tiempo diferido.

  3. Crecimiento y transformación: El proceso de transformación de una semilla en un fruto representa crecimiento, desarrollo y cambio. De igual manera, y comprendiendo esta metáfora, debemos ser conscientes y disfrutar el crecimiento personal, el desarrollo de habilidades y la transformación de nuestras capacidades profesionales. Qué importante es que las nuevas generaciones comprendan que el crecimiento no es un evento repentino, no es un click en Chat GPT, ni que ocurre en uno o 3 meses, sino que, es un proceso gradual que requiere tiempo, esfuerzo, equivocaciones y aprendizaje.

  4. Apreciar el viaje: Si bien el proverbio destaca la recompensa final de disfrutar del fruto, también debe animarnos a apreciar el proceso de plantar, cuidar y observar el crecimiento de la semilla. El viaje en sí mismo tiene valor y nos enseña valiosas lecciones en el camino. Es así entonces, que no debemos enfocarnos únicamente en el resultado final, sino también en las experiencias y aprendizajes que obtenemos durante el proceso. Que no se malinterprete, tener el norte y objetivo claros, es imprescindible, pero ser conscientes de lo que se hace, cómo se hace y cómo impacta esto en nosotros, es quizás aún más importante.

 

Dicho todo esto, quiero dejarlos con esta reflexión: Todos seguramente han trabajado trabajan o trabajarán en una empresa y esta nos planteará retos, que para este proverbio es el árbol y sus frutos, los cuales quedarán en la empresa como patrimonio de ella, sin embargo, lo que nos llevaremos nosotros es el crecimiento, maduración, lecciones, contactos y demás, que hayan existido en el proceso de desarrollar este proyecto, entonces, ¿No es tan valioso el proceso como la meta? ¡Claro que sí! porque la vida es un viaje de aprendizaje y crecimiento y tanto el camino, como el objetivo te aportarán y mucho! Pero además, porque esa meta cumplida, ese proyecto culminado satisfactoriamente, esos frutos del árbol que se podrán disfrutar por muchos años más, formarán parte de tus logros tangibles y que, para el futuro, podrás mostrar como tu carta de presentación.

 

Así que, a disfrutar cada momento de la vida sin perder de vista tu norte. Y si el camino se pone difícil, piénsalo como un reto que te hará crecer y desarrollar en ti habilidades que, de otra forma, ¡no las podrías adquirir!

 

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Mariano López Sánchez

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